LA PERSONA EN RIESGO ES, EN SÍ MISMA, EL RECURSO MÁS IMPORTANTE PARA SU PROPIA SEGURIDAD
La rutina es el principal enemigo: cuando la persona en riesgo es predecible, es decir, se comporta siempre de la misma manera, el agente agresor puede definir fácilmente en qué día, hora y lugar atacará.